La figura se alzaba amenazante en la oscuridad apuntado a Kender con un arco. El pulso le temblaba un poco y apenas levantaba un metro de altura. Cuando Imrahil llegó al lugar y se vió en inferioridad numérica, sus nervios se dispararon. El mediano se presento como Scagortles "el ladrón" y afirmó, repetidas veces, que no quería problemas. Kender e Imrahil le convencieron de que no querían tampoco problemas y llegaron a un tregua.
Mientras registraban la casa de Dhablas, Scagortles les contaba que él no sabía a quién pertenecía aquel lugar, pero que llevaba semanas persiguiendo a una banda de goblins saqueadores por la zona para hacerse con las sobras. Al parecer los goblins habían sido expulsados de las colinas cercanas por un ogro errante y se dedicaban al pillaje contra los campesinos, que no contaban con ninguna ayuda y habían puesto una recompensa a quién acabase con sus problemas.